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Una cerradura magnética para puertas es un dispositivo que consiste en un electroimán y una placa metálica, y se usa para bloquear puertas con control de acceso. El electro-imán está anclado al marco de la puerta y la placa metálica a la puerta, y en el momento que ésta se cierra, la cerradura electromagnética atrae la placa metálica con gran fuerza de retención, bloqueando la entrada. Con este tipo de cerraduras, la fuerza magnética sólo funciona cuando pasa la corriente eléctrica, por tanto cuando se apaga la corriente la puerta se podrá abrir. Es adecuado para puertas que precisen de un control de acceso, pudiendo ser puertas de madera, válida como cerradura magnética para puerta de vidrio, puertas de metal, o cortafuegos.
Existen varios tipos de cerraduras electromagnéticas en función de la fuerza de retención, desde unos 60kg hasta los 1200kg.
Las cerraduras magnéticas para edificios tienen esa gran capacidad de retención funcionando sólo con una tensión de 12 o 24 VDC y con modo NC seguro, es decir, que se desbloquea cuando se apaga.
Funciona con un sistema de control de acceso que verifique la identidad del usuario, por ejemplo con una tarjeta RFID, y cuando esté autorizado el acceso, el sistema corta la electricidad de la cerradura durante unos segundos para facilitar la entrada, y cuando pasen esos segundos se produce el cierre electromagnético. También se puede efectuar la apertura por medio de una llave y una cerradura con contacto eléctrico, de forma que al girar la llave corte la corriente y facilite el acceso. En el interior de la estancia se suele instalar un pulsador para desbloquear la puerta y facilitar la salida.
La superficie de la cerradura debe permanecer limpia, la fuerza de retención se puede reducir debido al polvo, pegamentos, cinta aislante, etc.
El tornillo de la placa del inducido no debe estar demasiado apretado, se tiene que garantizar la elasticidad adecuada para el anillo de goma para que la placa de la armadura pueda ajustarse a la posición adecuada.
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